En la primera parte de este artículo te hablábamos sobre los problemas cutáneos más comunes en verano, como la foliculitis, el sarpullido por calor o la alergia al sol, explicando por qué se producen y cómo prevenirlos. En esta segunda parte os hablaremos de las infecciones de la piel en verano.
Profundizaremos en afecciones como la dermatitis atópica o de contacto, pitiriasis versicolor, queratolisis punctata, infecciones fúngicas como el pie de atleta o candidiasis vaginal, y también en las temidas picaduras de insectos y medusas. Todas ellas pueden intensificarse durante los meses de calor, sobre todo si no se detectan a tiempo o no se tratan de forma adecuada.
Conocer sus causas, síntomas y pautas de prevención es clave para mantener una piel sana también en verano, especialmente si tienes piel sensible o antecedentes de alergias o infecciones cutáneas.
Dermatitis de contacto
La dermatitis de contacto se produce cuando la piel entra en contacto con una sustancia que provoca una reacción alérgica o irritativa. Suele manifestarse con enrojecimiento, descamación y picor, y en verano es especialmente común en personas que practican deportes acuáticos.
Esto se debe a que pueden desarrollar reacciones a componentes presentes en materiales como las gafas de natación, gorros de goma o máscaras de buceo. En muchos casos, estas reacciones son causadas por sustancias como la dibutiltiourea o dietiltiourea, o por tratamientos químicos del agua, como el bromo o el cloro de las piscinas.
Estas dermatitis suelen respetar las zonas cubiertas y son más o menos intensas según la sensibilidad individual.
Dermatitis atópica
Aunque no es exclusiva del verano, la dermatitis atópica puede empeorar durante esta estación por diferentes factores ambientales:
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El sudor excesivo puede favorecer el eccema, especialmente en los pliegues.
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Pasar muchas horas en agua clorada o salada, sin aclarado posterior, puede resecar y agredir la piel.
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Además, el uso de protección solar inadecuada para pieles sensibles puede irritarla aún más.
Por eso es importante adaptar el cuidado de la piel durante el verano, utilizando productos suaves, adecuados para piel atópica y evitando agentes irritantes.
Pitiriasis versicolor
También conocida como tiña versicolor, esta afección se manifiesta con manchas de color rosado o marrón claro que aparecen especialmente en la espalda, el pecho o el cuello. Curiosamente, estas manchas se vuelven blancas al exponerse al sol, por lo que a menudo se confunden con “manchas por el sol”.
Está causada por un crecimiento excesivo del hongo Pityrosporum ovale, que vive de forma natural en los poros de la piel. Su proliferación está favorecida por el exceso de humedad y calor, como el sudor.
Para prevenir esta afección es fundamental mantener una buena higiene diaria, especialmente después de sudar, y secar muy bien la piel tras el baño. También se recomienda el uso de productos higienizantes adecuados para este tipo de piel.

Queratolisis punctata
Esta afección, poco conocida pero relativamente frecuente, está causada por una bacteria llamada Corynebacterium. Afecta principalmente a personas con sudoración excesiva en los pies o que caminan frecuentemente descalzas.
Los microorganismos responsables “devoran” la capa superficial de la piel, provocando lesiones con forma de cráteres, un aspecto sucio y un olor muy característico. Entre sus manifestaciones clínicas más habituales están la hiperhidrosis (exceso de sudor) y la bromhidrosis plantar (mal olor), en algunos casos acompañada de lesiones cutáneas características.
El diagnóstico suele ser clínico, aunque puede confundirse con otras enfermedades, especialmente infecciones por hongos, por lo que es importante conocerla y saber diferenciarla.

Molusco contagioso
El molusco contagioso, conocido también como “verruga de agua”, es una infección causada por un virus de la familia de los Poxvirus. Se transmite principalmente a través del contacto directo con la piel de una persona infectada, aunque también puede contagiarse mediante objetos contaminados, como toallas, ropa o juguetes.
Es especialmente frecuente en niños, aunque los adultos también pueden verse afectados.

Las lesiones suelen multiplicarse y, aunque tienden a desaparecer por sí solas con el tiempo (pueden tardar entre 1 y 3 años), resultan molestas e incómodas por el picor y la inflamación que generan.
El tratamiento habitual es la eliminación de las verrugas en consulta, además de cuidados domiciliarios con productos antisépticos y virucidas adecuados.
Para aliviar los síntomas, especialmente el picor provocado por la respuesta inflamatoria del cuerpo, es importante aplicar productos que calmen la piel y ayuden a su recuperación.
Pie de atleta
El pie de atleta es una infección fúngica provocada por dermatofitos, un tipo de hongo que afecta sobre todo a los surcos entre los dedos de los pies. Es una afección muy común en verano, ya que se contagia fácilmente en piscinas, duchas públicas o suelos húmedos.
Los síntomas incluyen enrojecimiento, fisuras, descamación de la piel y, en algunos casos, ampollas o vesículas que producen picor.

Para tratar esta infección se suelen utilizar cremas o polvos antifúngicos que contienen principios activos como miconazol, clotrimazol, terbinafina o tolnaftato.
Además del tratamiento médico, es esencial establecer cuidados diarios para prevenir la reinfección:
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Mantener los pies limpios y bien secos.
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Usar calzado abierto o transpirable.
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Elegir calcetines de algodón o materiales que favorezcan la transpiración.
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Evitar caminar descalzo en zonas húmedas públicas.
El uso de jabones antisépticos y productos adecuados puede marcar la diferencia entre un pie sano o una recaída continua.
Candidiasis vaginal
Otra de las infecciones de la piel en verano que se suelen dar con el uso frecuente de bañadores húmedos y el aumento de la temperatura, crea las condiciones ideales para el crecimiento de Candida albicans, el hongo responsable de la candidiasis vaginal.
Entre los síntomas más comunes están:
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Picor intenso en la vulva o vagina
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Ardor o escozor
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Enrojecimiento e inflamación
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Flujo espeso, blanco y grumoso, similar al requesón
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Molestias al orinar o durante las relaciones sexuales
Cada mujer puede experimentar estos síntomas con distinta intensidad, por lo que, ante cualquier sospecha, lo más recomendable es acudir al médico.
Para prevenir la candidiasis se aconseja:
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Mantener la zona íntima seca
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Cambiar con frecuencia el bañador
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Usar toallas limpias y evitar ropa sintética
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Elegir ropa interior de algodón y transpirable
Picaduras: mosquitos, medusas y otras
Durante el verano, tanto en la playa como en la montaña, estamos más expuestos a sufrir picaduras de insectos y animales marinos, como mosquitos, medusas o incluso arañas.
Las picaduras de mosquitos suelen ser leves pero muy molestas, mientras que las de medusa, aunque más raras, son fácilmente reconocibles por el ardor inmediato y las marcas en la piel.
En cuanto a las arañas, aunque son menos comunes, sus picaduras pueden causar reacciones más intensas, incluso llegar a producir ampollas o necrosis en algunos casos. Por eso, si tras una picadura observas inflamación excesiva, ampollas o signos de infección, es fundamental acudir al médico.

¿Qué hacer ante una picadura de medusa?
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Lava la zona con agua salada (¡nunca con agua dulce!).
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Aplica frío local para reducir la inflamación.
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Evita la exposición al sol en la zona afectada.
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Protege la piel para prevenir cicatrices tras la curación.
El tratamiento adecuado aliviará los síntomas y ayudará a evitar complicaciones.
Como has visto, durante el verano pueden aparecer muchas infecciones de la piel en verano que van más allá de lo habitual. Desde dermatitis e infecciones por hongos o bacterias, hasta picaduras y problemas víricos, es fundamental conocer sus causas, saber identificarlas y actuar a tiempo.
Mantener una higiene adecuada, proteger la piel del sol, evitar la humedad prolongada y observar cualquier cambio inusual son pasos clave para disfrutar del verano sin sobresaltos dermatológicos.
Y recuerda: ante cualquier duda o si los síntomas persisten, consulta siempre con un especialista. El cuidado preventivo y un diagnóstico temprano marcan la diferencia en la salud de tu piel.
Esperamos que esta guía te haya servido para comprender mejor cómo protegerte de estos problemas estivales. Y si aún no lo has leído, te recomendamos visitar la primera parte de este artículo, donde hablamos sobre afecciones como la foliculitis, el sarpullido por calor o la alergia al sol.
Bibliografía
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