El mes de octubre es llamado mundialmente el mes rosa, el mes para la sensibilización sobre el cáncer de mama, con el objetivo de dar apoyo a todas las pacientes que padecen esta enfermedad y también para promover la detección precoz del cáncer de mama, el más frecuente entre las mujeres. Una enfermedad que cada vez estamos más cerca de poder curar si se toman las medidas de prevención necesarias. Hoy más que nunca debemos recordar la importancia que tienen las revisiones ginecológicas para prevenir esta enfermedad y otras patologías. Se ha detectado que a causa de la pandemia existe un temor generalizado en acudir a estas revisiones anuales debido a la preocupación por contagiarse.
El cáncer de mama consiste en la proliferación acelerada e incontrolada de células del epitelio glancular, las cuales han aumentado enormemente su capacidad reproductiva. Las células del cáncer de mama pueden diseminarse a través de la sangre o de los vasos linfáticos y llegar a otras partes del cuerpo. Allí pueden adherirse a los tejidos y crecer formando metástasis.
Puede aparecer tanto en mujeres como en hombres, pero en más del 99% de los casos ocurre en mujeres. (1)
Se calcula que 1 de cada 8 mujeres españolas tendrá un cáncer de mama en algún momento de su vida.
En los últimos años la mortalidad por cáncer de mama ha descendido debido a los programas de cribado y la mejora de los tratamientos, aun así, en España sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres.
La supervivencia media tras cinco años es del 89,2% globalmente, el estadio en el que se ha diagnosticado el cáncer influye en la supervivencia.(1) Si quieres profundizar esta forma de cáncer y sus tratamientos, accede a la entrada del año pasado sobre el cáncer de mama.
Cáncer de Mama y sus tratamientos
Factores de riesgo
Tener un factor de riesgo para cáncer de mama, o incluso varios, no significa que necesariamente vayas a tenerlo. Muchas mujeres que lo desarrollan no presentan ningún factor conocido, excepto el de ser mujer.
Los factores que se asocian con un aumento del riesgo de cáncer de mama son (2, 3):
Ser mujer. Las mujeres tienen muchas más probabilidades que los hombres de tener cáncer de mama.
El riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta a medida que la mujer envejece y, en la mayoría de los casos, la enfermedad se desarrolla en mujeres de más de 50 años.
Antecedentes personales de enfermedades mamarias. Si has tenido una biopsia de mama que detectó carcinoma lobulillar localizado o hiperplasia atípica de la mama, tienes un aumento en tu riesgo para cáncer de mama.
Antecedentes personales de cáncer de mama. Si has tenido cáncer en una mama, tienes un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer en la otra.
Antecedentes familiares de enfermedades mamarias. Los casos de cáncer de mama hereditario representan entre el 5% y el 10% de los casos.
Genes hereditarios que aumentan el riesgo de cáncer de mama. Ciertas mutaciones en los genes que aumentan el riesgo de cáncer de mama pueden ser trasmitidas de padres a hijos. Las mutaciones en los genes más conocidas son BRCA1 y BRCA2. Estos genes pueden aumentar en gran forma tu riesgo de cáncer de mama y de otros tipos de cáncer, pero no hacen que la enfermedad sea inevitable.
Antecedentes personales de cáncer de ovario. Las mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2 aumentan en gran medida el riesgo de desarrollar tanto cáncer de ovario como de mama. Por lo tanto, una mujer con cáncer de ovario hereditario corre un mayor riesgo de también padecer cáncer de mama.
Exposición a la radiación. Si te han hecho tratamientos con radiación al pecho durante la infancia o cuando eras muy joven.
Obesidad.
Menstruación temprana y menopausia tardía. Las mujeres que empezaron a menstruar antes de los 11 o 12 años, o llegaron a la menopausia después de los 55 años tienen un mayor riesgo. Se debe a que las células mamarias están expuestas al estrógeno y a la progesterona durante un tiempo más prolongado. El estrógeno y la progesterona son hormonas femeninas que controlan el desarrollo de las características sexuales secundarias, como el desarrollo de las mamas, y del embarazo. La producción de estrógeno y de progesterona de una mujer se reduce con la edad, con una pronunciada disminución cerca del período de la menopausia. La exposición más prolongada a estas hormonas aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Edad o duración del embarazo. Las mujeres que tuvieron su primer embarazo después de los 35 años o las que nunca tuvieron un embarazo a término corren más riesgo de tener cáncer de mama. El embarazo puede ayudar a proteger contra el cáncer de mama porque empuja a las células mamarias hacia la última fase de maduración.
Terapia con hormonas posmenopausia. Las mujeres que toman medicamentos para terapia hormonal que combinan estrógeno y progesterona para tratar los signos y síntomas de la menopausia tienen un aumento en su riesgo de cáncer de mama. El riesgo se reduce cuando dejan de tomarlos.
Anticonceptivos orales o pastillas anticonceptivas. Algunos estudios sugieren que los anticonceptivos orales aumentan levemente el riesgo, mientras que otros no han mostrado relación entre el uso de anticonceptivos orales y el desarrollo de cáncer de mama. Este tema aún es objeto de investigación.
Hiperplasia atípica de la mama. Se caracteriza por la presencia de células anormales, pero no cancerosas, que se encuentran en una biopsia de la mama.
Densidad de la mama. El tejido mamario denso puede dificultar la detección de un tumor en las pruebas estándares por imágenes, como una mamografía. En la mamografía puede ser más difícil distinguir un tumor de este otro tejido de fondo normal cuando es denso.
Factores del estilo de vida. Igual que con otros tipos de cáncer, los estudios nos demuestran que diversos factores del estilo de vida pueden contribuir al desarrollo de cáncer de mama: peso, actividad física, alcohol, alimentos etc.
Factores socioeconómicos. Las mujeres más adineradas tienen un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de mama que las mujeres menos adineradas, se desconocen los motivos, puede deberse a las exposiciones ambientales o variaciones en la dieta. Las mujeres que viven en la pobreza tienen más probabilidades de recibir un diagnóstico en un estadio avanzado y menos probabilidades de sobrevivir que las mujeres más adineradas. El acceso a la atención médica y la disponibilidad de tratamiento cumplen roles adicionales.
Síntomas del cáncer de mama
Prevención
La detección precoz es fundamental para poder abordar la enfermedad con resultados positivos.
La autoexploración de mama:
Las mujeres deben realizar una autoexploración mamaria de forma regular para detectar cualquier anormalidad y consultar con el especialista si fuera necesario. Lo ideal es comenzar a los 25 años y realizarla siete días después de la menstruación.
Con la autoexploración se pueden detectar bultos, masas u otro tipo de señales de alarma que ayudan a detectar de forma temprana un cáncer de mama. Cuanto antes se diagnostica un posible tumor en estadio inicial, un mejor pronóstico y tratamientos menos agresivos.
Es importante realizarlo periódicamente y durante toda la vida, y sin importar si estas embarazada o después de la menopausia.
Para muchas mujeres puede ser frustrante, es posible que sientas cosas y no sepas qué significan. Pero cuanto más examines tus mamas, más aprenderás acerca de ellas y más fácil te resultará detectar posibles anomalías (2, 4, 5, 8).
Algunos consejos para facilitarte la autoexploración
No te asustes si crees sentir un bulto. La mayoría de las mujeres tienen bultos o zonas de bultos en las mamas todo el tiempo.
Las mamas suelen presentar “regiones” bien diferenciadas. La zona superior externa, ubicada cerca de la axila, suele tener los bultos y las protuberancias más prominentes. La mitad inferior de la mama puede sentirse al tacto como una playa arenosa o pedregosa. La zona debajo del pezón puede sentirse como una acumulación de granos de maíz. Puede que sientas otra zona como un tazón de avena grumosa.
Lo importante es que conozcas el aspecto y la sensación de las distintas regiones de tus mamas.
Inicia un diario y registra los resultados de las autoexploraciones. No es raro que aparezcan bultos en momentos específicos del mes y que desaparezcan después, acompañando los cambios de tu cuerpo con el ciclo menstrual.
Alcohol.
Una mamografía es una radiografía de las mamas. Es el mejor método para detectar el cáncer de mama en sus etapas iniciales, cuando es más fácil de tratar y antes de que sea lo suficientemente grande para que se sienta al palpar o cause síntomas.
Se recomienda efectuar una mamografía anualmente a partir de los 40 años de edad hasta los 55 años, a partir de ahí se pueden realizar cada dos años.
Realizarse mamografías con regularidad puede reducir el riesgo de morir por cáncer de mama.
Alcohol.
Si bebes alcohol, hazlo con moderación.
Ejercicio.
Haz ejercicio la mayoría de los días de la semana. Se recomienda una combinación de ejercicio aeróbico, como correr o hacer bicicleta, con ejercicios de tonificación muscular, como pilates, yoga o ejercicios con pesas bajo supervisión.
Terapia posmenopausia.
Limita la terapia con hormonas posmenopausia previa consulta con tu médico.
Peso.
Mantén un peso saludable. Y opta por una dieta saludable y equilibrada.
Reducción del riesgo de cáncer de mama en las mujeres con alto riesgo. (2)
Si tu médico evaluó tus antecedentes familiares y determinó que presentas otros factores que aumentan tu riesgo de tener cáncer de mama, existen las siguientes opciones para reducir el riesgo:
Medicamentos preventivos (quimioprofilaxis). Los medicamentos inhibidores del estrógeno, como moduladores selectivos de los receptores de estrógeno y los inhibidores de la aromatasa, reducen el riesgo de cáncer de mama en las mujeres que presentan un riesgo alto de contraer la enfermedad. Estos tratamientos conllevan un riesgo alto de causar efectos secundarios, por lo que suelen usarse en mujeres con un riesgo muy alto de tener cáncer de mama.
Cirugía preventiva. Las mujeres con un riesgo muy alto pueden optar por la extirpación quirúrgica de sus mamas sanas (mastectomía profiláctica).
La mejor forma de prevenir el cáncer consiste en practicar y conocer las medidas para reducir la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. ¡TÓCATE! ¡TÓCATE! ¡TÓCATE!
Cuidados después del tratamiento del cáncer de mama
Casi todos los tratamientos contra el cáncer presentan efectos secundarios, algunos pueden durar unos pocos días o semanas, pero otros pueden durar mucho tiempo.
Durante las primeras semanas debe llevar una vida tranquila, sin realizar esfuerzos físicos, minimizando el movimiento de los brazos.
Con la quimioterapia pueden presentarse alteraciones en la piel y las uñas. Puede aparecer un prurito, eritema, sequedad, y descamación en la piel y las uñas se vuelven de color oscura, quebradizas, se rompen con facilidad y suelen aparecer bandas verticales en ellas.
Con la piel de la zona que recibe radiaciones puede sufrir alteraciones muy similares a una quemadura solar. Es muy importante que cuides desde un principio la piel y hay que tener en cuenta:
Mantener la piel limpia y seca. Usar un jabón neutro.
No cubrir la piel de la zona de tratamiento con tiritas, esparadrapo, etc…, pues al despegarlos puede dañarse la piel.
Si la axila está incluida en la zona de tratamiento evita depilarte o ponerte desodorante.
Si tienes la piel seca evita baños calientes prolongados, estos resecan aún más la piel.
Evita lociones cutáneas que contengan alcohol.
Utiliza cremas hidratantes diariamente.
Evita el sol, este puede potenciar los efectos de la quimioterapia en la piel (fotosensibilidad) y dañar la piel de la zona tratada con radioterapia.
Recomendamos utilizar productos ozonizados de Ozoaqua (oil, crema corporal, gel, champú, gel íntimo, etc..), tienen una acción reparadora, mejoran la función barrera de la piel, alivian la sintomatología asociada, son antioxidantes e hidratantes, potencian la recuperación del estado fisiológico natural de la piel.
Uno de los síntomas secundarios que más preocupa a los enfermos que inician un tratamiento oncológico es la caída del cabello, también llamada alopecia. Esta es siempre reversible, aunque el cabello puede crecer con características diferentes a las originales (color, textura…). No todos los tratamientos provocan alopecia.
Antes de iniciar el tratamiento no teñir el pelo o poner permanentes. Cortar el pelo antes de que comience a caer; para ser más fácil su manejo.
Usar siempre un champú suave.
Sécate el pelo al aire o con un secador a baja temperatura.
Recuerda proteger la piel del cuero cabelludo del sol con un sombrero, un pañuelo, una gorra o crema protectora.
La inflamación de la boca y garganta suele ser un efecto secundario tanto de radioterapia como de la quimioterapia.
Mantener una buena higiene oral y dental.
Tomar platos de texturas suaves que no puedan lesionar las mucosas, se pueden tomar fríos o templados.
Recomendamos la pasta dental de aceite ozonizado de Ozoaqua, esta previene la aparición de placa bacteriana, combate el mal aliento, favorece la reparación, hidratación y cuidado de la mucosa bucal
Desde CMUC apoyamos la lucha contra el cáncer de mama y sacamos pecho por ellas. Con la entrada de esta semana queremos aportar nuestro granito de arena a esta lucha.
POR TÍ, POR MÍ, POR ELLAS. CUIDATE, TE QUEDA MUCHO POR VIVIR!