Desde siempre se ha hablado mucho sobre el tema del pie plano infantil pero cada vez hay más artículos y revisiones bibliográficas que nos aportan luz y protocolos a seguir.
Desde siempre se ha hablado mucho sobre el tema del pie plano valgo infantil pero cada vez hay más artículos y revisiones bibliográficas que nos aportan luz y protocolos a seguir.
El pie plano valgo infantil es una de las patologías que se presenta con mayor frecuencia en la práctica clínica. En una revisión de la literatura médica se indica que el dolor en el pie y tobillo es un motivo de consulta frecuente en las consultas de Pediatría de Atención Primaria. Además, es una preocupación común para los padres y continúa siendo un tema debatido por los profesionales de la salud. (2-9)
Las características que definen al pie plano valgo cuando está en carga son la presencia del calcáneo en valgo, la pérdida del arco longitudinal interno, la prominencia medial de la cabeza del astrágalo y la abducción del antepié. (4,7,9)
Además del aspecto que posee un pie plano, en el que se puede apreciar que hay menos arco de lo normal, existen otros síntomas que pueden estar indicándonos que sufrimos esta afección:
Dolor en la musculatura de la zona interna de la pierna: al estar trabajando muy forzado, debido a que el pie cae hacia dentro, se produce tendinitis y aparece el dolor.
Dolor en el dorso al hundirse el pie: los huesos en la zona dorsal arriba se pellizcan y se producen picos artrósicos.
Causas
Como curiosidad se debe comentar que nacemos con los pies planos, pero lo normal es que sea un pie plano flexible y que, con el tiempo y el crecimiento del niño, se corrija.
No obstante, también puede darse el caso de que un adulto, con un pie normal, desarrolle un pie plano a causa de una disfunción tibial posterior. Esto significa que el músculo que sujeta el arco deja de trabajar provocando que el pie cada vez se caiga más hacia dentro.
Diagnóstico
Para diagnosticar esta patología correctamente, existen sistemas de análisis de la huella con plataforma de presiones, de esta manera vemos en el ordenador cómo es la huella y con eso podemos determinar el diagnóstico.
Pero lo más importante en un pie plano es su apellido. Puede ser flexible, semi flexible o rígido. Para saber de cuál se trata, se realizan diferentes test biomecánicos:
Test de Jack: consiste en subir el dedo gordo del paciente. Se tiene que formar el arco y si no es así, es positivo.
Heel Rise Test: al ponerse de puntillas, se tiene que formar arco y el talón irse hacia fuera. Si no se forma, es positivo.
En el caso de que ambos test sean negativos, se trata de un pie plano flexible, lo que quiere decir que tiene un buen pronóstico y que, en principio, este niño con pie plano en edad adulta no lo tendrá. Existe una probabilidad alta de que se solucione el problema.
Si ambos test son positivos se trata de un pie rígido, un pie plano estructural en el que los huesos están planos, siendo necesario operar.
Por último, si sale un test positivo y uno negativo es que se trata de un pie semiflexible que con un buen tratamiento se puede llegar a corregir sin necesidad de operar.
En el diagnóstico, existen otros test como el de pronación máxima o resistencia a supinación, aunque en principio con estos se podría clasificar.
El pie plano rígido por etiología congénita o neurológica requiere tratamiento, ya sea quirúrgico u ortopodológico. (2,3)
El pie plano asintomático como una variable fisiológica y sugieren tratar el pie plano sintomático solo si es persistente, ya que este se autocorrige y resuelve espontáneamente con la edad en la mayoría de los casos y no determina mayor incidencia de dolor ni de limitación funcional.
Independientemente de la sintomatología, en los pies planos valgos flexibles se puede observar en dinámica en el periodo de medio apoyo, una reducción de la flexión dorsal del tobillo, un aumento de eversión del retropié y un aumento de la abducción y supinación del antepié. En el periodo propulsivo se observa la falta de inversión en el retropié, un aumento de flexión plantar del antepié y una disminución de aducción en el antepié. (4)
A parte de los pies planos flexibles o rígidos hay otras variantes que cito a continuación:
Pie plano asociado a escafoides accesorio
El escafoides tarsiano es un hueso supernumerario que se localiza en la parte interna del pie, un par de centímetros distal e inferior al maléolo tibial, en la zona interna del escafoides. Aparece como un centro de osificación secundario, persistiendo separado del resto del escafoides y unido a él con un tejido fibroso en un 2% de la población adulta. Este osículo supernumerario se llama os escafoideo o escafoides accesorio. Ocasionalmente, se funde completamente con el resto del hueso formando un escafoides con un extremo interno anormalmente prominente e incurvado, esto es el escafoides corneado o escafoides cornudo.
En muchas ocasiones, el escafoides corneado, o la presencia de un escafoides accesorio, es causa de un pie plano valgo, bien por una inserción anómala del tendón del tibial posterior que interviene proporcionando una contención dinámica del arco interno del pie, o bien por fracturas no visibles radiográficamente en la unión de los dos huesos, que también provocan una insuficiencia de dicho tendón.
También la sobrecarga, la marcha prolongada o el roce del zapato pueden ser causa de dolor, en algunas ocasiones muy invalidante, que no permite al niño una actividad física o una vida normal. En la inspección de la zona interna del pie, donde se localiza el escafoides, se nota un abultamiento duro y doloroso a la palpación y con la contracción o el estiramiento del tibial posterior.
En esta situación, el tratamiento inicial es conservador: reposo, antiinflamatorios, plantillas con soporte del arco interno, tratamiento rehabilitador, analgésico e incluso la infiltración local con corticoides. A veces se ha optado por el reposo obligado mediante la colocación de una inmovilización de yeso, que los niños toleran mal.
En último extremo, y siempre que hayan fracasado las medidas conservadoras, se recurrirá al tratamiento quirúrgico, que consistirá en la extirpación del escafoideo o en la resección del cuerno del escafoides, según el caso, y en el retensado del tibial posterior.
Pie plano por coalición tarsiana
También llamado pie plano por barra ósea o pie plano espástico peroneal, puede ser un pie rigurosamente normal en la edad infantil o con un plano moderado, aunque puede encontrase en la exploración una leve limitación de la movilidad subastragalina. En una época preadolescente, con el aumento de peso y actividad, puede hacerse doloroso de forma intermitente, con una contractura espástica de los peroneos y una clara limitación de la movilidad, que en etapas tempranas puede corregirse si se explora con una anestesia general o una infiltración de anestesia local, ya que la espasticidad muscular reactiva es más importante que la fusión ósea en proceso.
La imagen radiográfica en etapas infantiles es poco demostrativa y solo en casos de mucha espasticidad un buen estudio de resonancia magnética o tomografía computarizada nos indica la zona de fusión. En etapas pre- y adolescentes se encuentra el calcáneo con “morro de oso hormiguero”, que tiende a unirse con el escafoides o termina haciéndolo. Estas suelen ser las barras calcáneo-escafoideas, que son las más sencillas de tratar quirúrgicamente, pudiéndose revertir el proceso si se diagnostica precozmente.
Las barras también pueden estar entre astrágalo y calcáneo, más frecuentes y difíciles de tratar, o bien entre otros huesos del tarso.
Pie plano del astrágalo vertical congénito
Es una patología rara y donde el pie aparece desde el nacimiento con una clara deformidad en talo, valgo y abducto. La deformidad suele ser rígida y en la zona interna del arco hay una prominencia que hace que el arco esté invertido y sea convexo. Es interesante conocerlo, porque puede confundirse con un pie talo en los casos más leves.
El tratamiento debe comenzarse de forma urgente con yesos correctores, intentando hacer una reposición del astrágalo en el lugar adecuado, pero con mucha frecuencia es un pie problemático y que termina sufriendo diversos procedimientos quirúrgicos. Radiográficamente, se caracteriza por un astrágalo vertical con la cabeza en la planta del pie. (7)
Además, algunos estudios indican que en la adolescencia y en la edad adulta, el pie plano valgo puede estar asociado con fascitis plantar, aquileítis plantar, tendinitis del tibial posterior,hallux abductus valgus,hallux rigidus, condromalacia rotuliana y síndrome de dolor patelofemoral(10)
Por todos estos motivos, algunos autores defienden la realineación preventiva en los pies planos asintomáticos severos, sin que existan pruebas de que estos pies se conviertan en sintomáticos sin tratamiento. (8)
La finalidad del tratamiento ortopodólogico mediante el uso de soportes plantares es utilizar las fuerzas de reacción del suelo para modificar la posición del eje de rotación de la articulación subastragalina, disminuir la magnitud del momento de pronación, disminuir la velocidad del movimiento de pronación y provocar un equilibrio de fuerzas entre momentos pronadores y supinadores a través del soporte plantar para disminuir las fuerzas tensoras de ligamentos y fascia plantar en la columna interna. (6)
Caso Clínico
Es hora de abordar el caso clínico visto en consulta de un paciente que acude a porque su madre le observa que tiene una huella aplanada del pie.
El paciente sólo tiene 3 años y medio, es una edad perfecta, pues queda demostrado la eficacia que realiza las ortesis plantares a partir de esta edad y hasta los 8 años, tras esta edad es muy complicado hablar de corrección pues la morfología del pie de un niño de 8 años es prácticamente igual que en su edad adulta.
Cada vez y de forma positiva llegan a consulta niños con esta edad, pues hace unos años lo normal es que vinieran pasados los 8 años y ahí la eficacia del tratamiento se nos complica.
Como os decía anteriormente, el paciente es varón con 3 años y medio de edad que acude a consulta para exploración biomecánica.
Durante la exploración observamos todos los rangos articulares del pie compatibles con la normalidad. Al llegar a las tibias observamos un aumento de la torsión tibial interna (aunque dentro de los límites normales de su edad), me refiero que con el paso de los años y de forma fisiológica esa tibia tenderá a rotar hacia la normalidad. Los niveles de cadera también son adecuados, pero al llegar a la visión en el podoscopio encontramos un valgo acentuado acompañado de un aplanamiento del arco interno. Por lo que nos ponemos manos a la obra a la realización de unas ortesis plantares que mantenga en posición neutra el talón con respecto a la tibia y normalice la estructura del arco interno. En estos casos el abordaje en estas edades nos proporciona un pronóstico más favorable y positivo que si atendemos al paciente con más edad.
Imagen de podoscopio – huella planaVisión posterior – retropie valgo, más acentuado en izquierdo
Imagen de Antes | Después con las ortesis plantares
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