Ciertamente, la presencia de incontinencia y de lesiones por humedad incrementa el riesgo de la persona de desarrollar úlceras por presión, ya que la piel debilitada de esa zona se vuelve mucho más vulnerable. Y en muchos casos, se presenta incontinencia e inmovilidad de manera conjunta en los pacientes, y en ellos es necesaria una correcta valoración para discernir la etiología de las heridas. Nos referimos a lesiones mixtas o combinadas a aquellas donde se aprecian lesiones por humedad y heridas relacionadas con la presión.
Las lesiones por humedad pueden extenderse a un tejido más profundo, particularmente cuando las heces quedan atrapadas debajo de un hueco o necrosis. La toxicidad bacteriana que resulta erosiona la dermis y el tejido graso, pudiendo ocasionar una lesión cavitada. Estas heridas pueden ser mal diagnosticadas como úlceras por presión.
La diferenciación de ambas es importante para la selección de un plan de cuidados apropiado y para reportar la incidencia de úlceras por presión, que es un indicador en muchas instituciones sanitarias para evaluar la calidad de los cuidados que proporcionan. Obtener una historia correcta resulta esencial para determinar la etiología subyacente de la lesión.
La presencia de incontinencia y de lesiones por humedad incrementa el riesgo de la persona de desarrollar úlceras por presión, ya que la piel debilitada de esa zona se vuelve mucho más vulnerable. Y en muchos casos, se presenta incontinencia e inmovilidad de manera conjunta en los pacientes, y en ellos es necesaria una correcta valoración para discernir la etiología de las heridas. Nos referimos a lesiones mixtas o combinadas a aquellas donde se aprecian lesiones por humedad y heridas relacionadas con la presión.
Todos los pacientes con incontinencia urinaria o fecal deben de someterse a una valoración periódica de la piel para detectar signos de DAI, tanto por parte del personal de enfermería o cuidadores principales, haciéndose al menos una vez al día, aumentando la frecuencia en función del número de episodios de incontinencia, siendo lo más adecuado revisarse tras cada episodio.
Revisar las zonas de la piel que pueden estar afectadas como; el perineo, las zonas peri genital, nalgas, pliegue interglúteo, muslos, parte inferior de la espalda, parte inferior del abdomen y pliegues de la piel (región inguinal, bajo un panículo abdominal grande, etc.) con la intención de detectar:
- maceración
- eritema
- presencia de lesiones (vesículas, pápulas, pústulas, etc.)
- erosión o denudación
- signos de infección fúngica o bacteriana de la piel