Repercusiones cutáneas
Una mascarilla con filtraciones o que no se ajusta bien impide que obtengas toda la presión de aire que necesitas, y podría estar irritándote la piel.
La mascarilla también puede expulsar aire en los ojos, haciendo que se sequen o lagrimeen, además de empañar las gafas de protección ocular dificultando la visión aumentando así la sensación de estrés.
Alergias cutáneas, especialmente eczema de contacto a nivel de las juntas de las máscaras.
Dermatitis irritativas, en los puntos de presión de las mascarillas, así como dermatitis o problemas en cuero cabelludo por mala ventilación, falta de higiene, de transpiración.
Además, el uso continuado de guantes como el lavado de manos pueden provocar irritaciones en la piel y aún más en aquellas personas con pieles más sensibles.
Sudoración: los EPIs destinados para la protección frente al Covid19 como el mono, los guantes, las botas, el casco…pueden desplazarse de posición, provocando golpes de calor, deshidratación…
Ulceras por presión: los problemas más comunes son aquellos derivados de la presión que provoca el EPI colocado como pueden ser las mascarillas de protección respiratoria, pantallas faciales, gafas de protección ocular, etc.