En la entrada de esta semana vamos a hablar de una enfermedad de la piel que cada vez vemos más en nuestros centros. Estamos hablando de un precáncer frecuente y la tercera enfermedad en incidencia en la consulta de dermatología: la queratosis actínica.
Antes de profundizar en este tema, vamos a repasar la anatomía de la piel y sus funciones:
La piel es el órgano más grande del cuerpo. Esta tiene varias funciones importantes en nuestro cuerpo:
Protege los órganos internos, los músculos, los nervios y los vasos sanguíneos frente a traumatismos.
Regula la temperatura corporal.
Importante en el mantenimiento del equilibrio hidroelectrolítico.
Capacidad sensitiva para estímulos dolorosos y agradables.
También interviene en la síntesis de la vitamina D.
Evita que sustancias peligrosas entren en nuestro organismo.
Por otro lado, conserva las sustancias químicas y los nutrientes que el cuerpo necesita.
Por su color, su textura y sus pliegues nos diferencia a las personas como individuos.
La piel tiene tres capas que son la epidermis (capa superior o externa), la dermis (capa inferior o interna) y capa denominada subcutánea (capa de grasa).
La epidermis es la parte externa de la piel (fina y resistente). Los queratinocitos los encontramos en las células de la capa basal (la capa más profunda de la epidermis) y son la mayor parte de las células que forman la epidermis, estas se mueven hacia la superficie de la epidermis donde se desprenden de forma gradual para ser reemplazados por las células jóvenes. En la capa basal encontramos por toda su capa los melanocitos, estas células producen un pigmento llamado melanina (el que le da el color a nuestra piel, si exponemos la piel al sol, los melanocitos crean más y por consiguiente la piel se oscurece. El propósito principal de la melanina es controlar la filtración de la radiación ultravioleta del sol entre la piel.
Por otra parte, tenemos la capa córnea que es la parte externa de la epidermis, esta es bastante impermeable y si no está dañada evita la entrada de bacterias, virus y otras sustancias extrañas en nuestro organismo. La capa córnea suele ser mucho más gruesa en ciertas zonas del cuerpo que necesitan mayor protección, por ejemplo, en las palmas de las manos o las plantas de los pies En la epidermis también encontramos células de Langerhans, estas son parte del sistema inmunitario de la piel, y tienen un papel importante en la aparición de alergias en la piel porque detectan sustancias extrañas y defienden al cuerpo frente a infecciones.
La dermis es la capa de la piel que sigue a la epidermis (delgada y de un tejido fibroso y elástico, con una gran parte de colágeno y un pequeño componente importante de elastina, esta le da a la piel su flexibilidad y consistencia).
Esta capa contiene terminaciones nerviosas (detectan el dolor, el tacto, la presión y la temperatura, en algunas zonas del cuerpo como por ejemplo los dedos de los pies o de las manos tienen más terminaciones por esta razón estas zonas son más sensibles), glándulas sudoríparas (donde se produce el sudor en respuesta a la calor y al estrés), glándulas sebáceas (crean sebo en los folículos pilosos, es un aceite que hace de barrera contra sustancias externas/extrañas y mantiene la piel suave/húmeda), folículos pilosos (crea el vello corporal con importantes funciones, entre estas renueva la epidermis dañada al tener células madre), y vasos sanguíneos de la dermis (para nutrir la piel y influye en la temperatura corporal).
Dependiendo de la parte del cuerpo varia la cantidad, por ejemplo, en la cabeza habrá una cantidad mayor de folículos pilosos, mientras que en las palmas de las manos/pantas de los pies no los encontraras.
Encontramos debajo de la dermis una capa de grasa, interviene a aislar el cuerpo del calor/frío, puede almacenar energía y hace un relleno protector. también puede cambiar el grosor según la parte del cuerpo desde unos milímetros en los párpados hasta varios centímetros en el abdomen/nalgas.
Existen términos específicos para nombrar los diversos tipos de marcas o protuberancias que pueden aparecer en la piel:
Atrofia -> A menudo presenta un aspecto seco y como de papel de fumar arrugado. Es un adelgazamiento de la piel.
Bullas -> Ampollas rellenas de líquido más grandes que las vesículas (con un diámetro mayor a un centímetro).
Vesículas -> Pequeñas ampollas llenas de líquido y que miden menos de un centímetro. (Ejemplos en los que se forman vesículas o bullas son: herpes zóster, varicela, quemaduras, reacciones alérgicas o irritaciones)
Pústulas -> son vesículas que contienen pus.
Ronchas -> Son zonas pruriginosas y protuberantes a causa de la inflamación de la piel, si hay presencia de múltiples ronchas se llama urticaria. (son rojas en la piel clara y pueden tener un color mas parecido a la piel perilesional en la piel oscura)
Escamas -> Son como un parche escamoso y seco, zonas de la piel donde se acumulan células epidérmicas muertas. (por ejemplo, Psoriasis, Dermatitis seborreica, etc.)
Costras -> Aparecen cuando se lastima la piel, y son sangre seca/pus/líquidos cutáneos en la superficie de la piel.
Quistes -> los notamos como un bulto (nódulo) en la piel, estas cavidades están llenas de material líquido o semilíquido.
Nódulos -> Suelen ser redondos, son zonas de la piel elevadas y sólidas, se encuentran más fácil que las pápulas.
Pápulas -> Denominamos a unos bultos sólidos protuberantes con menos de un centímetro (por ejemplo, las verrugas, picaduras de insectos o algunos tipos de cáncer de piel crecen como pápulas.
Parches -> Manchas planas que miden más de un centímetro.
Placas -> Zonas llanas o elevadas, o también varias pápulas normalmente con más de un centímetro.
Úlceras -> Mas profundas que las erosiones penetrando por lo menos la parte de la dermis (pueden intervenir enfermedades que dificultan la cicatrización como la estasis venosa, diabetes, enfermedad arterial periférica o una vasculitis).
Erosiones -> Zonas abiertas de la piel debido a la pérdida parcial o total de la epidermis. Aparecen cuando la piel es dañada por infección, presión, irritación o temperatura (no suelen dejar cicatriz una vez curadas).
Excoriaciones -> A menudo cubiertas por una costra, lesiones provocadas por raspaduras, fricción o picaduras.
Lesión -> Cualquier marca o protuberancia anómalas (en término general).
Liquenificación -> Tienen un aspecto de hendiduras profundas, es una piel gruesa con pliegues y arrugas acentuadas. (debido a roce o fricción repetidos)
Máculas -> pueden tener cualquier forma, no miden más de un centímetro, son puntos planos y de color (por ejemplo, las pecas, lunares planos).
Cicatrices -> La piel normal fue reemplazada por tejido fibroso después de sufrir una lesión.
Telangiectasias -> Vasos sanguíneos dilatados cerca de la superficie de la piel (palidecen bajo presión).
Con la edad la dermis y la epidermis son más finas, la piel pierde parte de la capa de grasa, esto da lugar a varios cambios en la piel. Su elasticidad disminuye, es más seca por el deterioro de la función de barrera y también tiene menos aceites esenciales como el sebo. La sensibilidad también está afectada porque tiene menos terminaciones nerviosas. La edad provoca que el número de melanocitos disminuya, estando la piel menos protegida a la radiación ultravioleta. Debido a todos estos cambios en la piel las lesiones son más frecuentes y a priori su curación más lenta.
Todos estos cambios en la piel es la consecuencia del daño causado por el sol a nuestra piel (arrugas finas y toscas, pigmentación irregular, manchas rojas o de color café, una textura áspera, etc.) y aumentando así el riesgo de cáncer de piel.
Definición:
Llamamos queratosis a un crecimiento anormal de la queratina (una proteína importante para la protección de la piel), este acumulo puede acabar en lesiones escamosas o ásperas que dependiendo de su tipo y causa varían en su tamaño y su forma. Diferenciamos tres tipos de Queratosis: Actínica, Seborreica y Pilaris. Hoy nos interesa la queratosis actínica y vamos a profundizar en este tema.
La queratosis actínica es también conocida como queratosis solar, pues es causada por la exposición frecuente/intensa a los rayos ultravioleta del sol o de las camas solares. Juegan también un papel importante algunos factores genéticos (el envejecimiento de la persona pues la piel pierde con la edad en elasticidad y es más vulnerable a daños externos; algunas personas pueden tener una predisposición hereditaria).
La diferencia entre una queratosis actínica y un cáncer de piel es que la primera es una lesión benigna con potencial a convertirse en maligna, es decir en cáncer de piel, por eso se considera una lesión premaligna en nuestra piel.
Suele aparecer en personas mayores de 40 años y comúnmente en zonas como la cara, labios, orejas, brazos, manos y cuero cabelludo (en personas calvas). Entre un 5 -10% puede derivar en un cáncer de piel (carcinoma de células escamosas) si no se trata adecuadamente a tiempo.
Síntomas:
La queratosis actínica cambia en el aspecto:
Una mancha áspera, seca o escamosa en la piel (por norma general suelen tener un diámetro de menos de 2.5cm).
Una mancha plana con una ligera elevación o bulto en la capa superior de la piel.
También a veces como una superficie dura, parecida a una verruga.
Tiene varios colores, entre rosa, rojo o marrón.
Puede producir picazón, ardor, sangrado o costras.
Tener mayor sensibilidad o dolor al tacto.
La aparición de nuevas manchas o protuberancias en zonas expuestas al sol (en la cabeza, en el cuello, en manos y antebrazos).
Factores de riesgo:
Todo el mundo puede desarrollar una queratosis actínica, pero el riesgo aumenta si:
La persona tiene la piel clara, es pelirrojo o rubio, tiene ojos claros o azules. La queratosis actínica se produce con mayor frecuencia. Aunque todo el mundo puede desarrollarla.
La persona tiene antecedentes de quemaduras por el sol o de una exposición solar intensa.
La persona tiende a las pecas o a las quemaduras al exponerse a la luz del sol.
La persona es mayor de 40 años, aunque puede aparecer en adultos jóvenes. Cuanto más tiempo viva una persona, más se acumulará el daño solar en la piel. También es más común en hombres.
La persona vive en un lugar soleado.
La persona trabaja al aire libre.
La persona tiene el sistema inmunitario debilitado.
Si ya padece de una queratosis actínica es muy probable la aparición de más lesiones en el futuro.
Si la persona vive en una región cerca del ecuador (los rayos ultravioletas son fuertes la mayor parte del año) aumenta el riesgo.
Complicaciones:
Detectada y tratada a tiempo la queratosis actínica se puede curar o extirpar. Sin tratamiento algunas de estas manchas se pueden transformar en un carcinoma de células escamosas, este tipo de cáncer normalmente no pone en riesgo nuestra vida si se trata a tiempo.
Diagnóstico:
Un dermatólogo evalúa los síntomas y el historial clínico del paciente, y realiza un examen físico de las lesiones en la piel.
Este puede realizar una dermatoscopia para descartar que hay un cáncer de piel.
Si con el tratamiento aplicado no muestra mejoría, se puede realizar una biopsia de piel.
Tratamiento:
Es muy importante identificar y tratar la queratosis actínica a tiempo, ya que es un signo de daño en la piel y aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer de piel. El dermatólogo es el responsable de pautar y realizar el tratamiento de la queratosis actínica. Existen varias opciones de tratamiento que van a depender de la cantidad de lesiones que tengas, en donde las encontramos, tu edad y tu estado general de salud. Entre estas opciones están procedimientos quirúrgicos, tratamientos tópicos, terapia fotodinámica y combinación de terapias:
Procedimientos quirúrgicos:
Este procedimiento se aplica en los casos con una o mas lesiones aisladas. Entre las diferentes formas de extirpar la lesión cutánea con cirugía están:
Exfoliación química_ Este tratamiento implica aplicar un ácido (tricloroacético) directamente en las lesiones que elimina las células alteradas en las lesiones, esto despega las capas superiores de la piel (a veces es posible una sensación de ardor). Lo normal es que la piel crezca de nuevo en unas pocas semanas.
Criocirugía_ Se aplica nitrógeno líquido (con un dispositivo tipo spray) para congelar las células malas causantes de las lesiones de la queratosis actínica. Una vez que cae permite que salga una piel sana. No precisa anestesia, al ser indoloro. Es normal que después de las sesiones la piel se hinche o se enrojezca un poco.
Raspado y desecación_ se raspa o afeita la lesión, a continuación, se utiliza calor o un agente químico para anular las células restantes.
Cirugía con láser_ Se aplica un rayo láser para vaporizar la lesión.
Tratamientos tópicos:
Se aplican cremas, geles y soluciones tópicas en pacientes con numerosas queratosis actínica o generalizadas. Se aplican directamente en la zona afectada de la piel, se tratan lesiones visibles y invisibles con un riesgo mínimo de cicatrización. Los principales son:
5-fluorouracilo_Ayuda a eliminar las células que provocan la lesión y es la más utilizada.
Imiquimod_ Fortalece el sistema inmunológico, pues ayuda a matar las células de la lesión.
Diclofenaco con ácido hialurónico_ La menos usada y también la hay en gel.
Según el tamaño, forma y localización, el dermatólogo valorara que tipo de pomada utilizar en el tratamiento. Tanto la duración como la cantidad de aplicaciones varia de paciente en paciente, por eso la importancia de respetar las indicaciones del médico.
Terapia fotodinámica (TFD):
Es la aplicación de láser directamente en la lesión. Principalmente indicado en queratosis actínica en la cara o el cuero cabelludo. Antes de la sesión se tiene que aplicar una pomada o administrar por vía intravenosa un medicamento (un sensibilizador a la luz) para ayudar al láser a eliminar las células alteradas. El procedimiento no provoca ni dolor ni incomodidad, dura como 45 minutos. Al acabar se protege la zona de infecciones y lesiones con un vendaje.
Combinación de terapias:
Se pueden combinar terapias de las anteriormente descritas:
Criocirugía y TFD.
Criocirugía y tratamiento tópico.
Tratamientos tópicos y TFD.
La combinación de algunas de estas terapias puede aumentar la fotosensibilidad, asegúrate de consultarlo con tu dermatólogo y protege minuciosamente más tu piel de los rayos del sol durante y después del tratamiento.
Prevención:
La mejor prevención es la protección solar, aquí van algunos consejos para proteger tu piel del sol:
Pasar menos tiempo al sol, especialmente entre las 10:00h- 16:00h. Y no te quedes mucho tiempo al sol, pues te puedes quemar o tener un bronceado excesivo.
Importante aplicar protector solar todos los días. Antes de salir ponte un protector solar de amplio espectro (por lo menos con un factor de protección solar de 30 y resistente al agua), también si el día este nublado (el 80% de los rayos ultravioletas pueden atravesar las nubes). Aplícalo por toda la piel expuesta, así como en los labios un bálsamo labial con protector solar. Lo hay que aplicar por lo menos quince minutos antes de salir, repetirlo mínimo cada dos horas o mas frecuentemente si estas sudando/nadando.
Para aun proteger mejor tu piel del sol cúbrete con prendas de tejido ajustado cubriendo los brazos y las piernas. Igualmente utiliza un sombrero con ala ancha que protegerá la cara más que una gorra.
Escapa de las camas solares, esta exposición a los rayos ultravioleta daña igual que un bronceado por el sol.
Dormir las horas suficientes es importante pues durante ese tiempo es cuando principalmente nuestra piel se regenera (entre 7-9 horas diarias).
Importante tanto la hidratación interna como la externa (cremas/sueros). Dos litros de agua diarios mejoran la elasticidad de la piel.
Proteger la piel de factores externos (clima, tabaco, mala alimentación, etc) que influyen en el envejecimiento de la piel.
Realiza una limpieza facial diaria, ayuda a abrir los poros de la piel revitalizándolos y elimina la suciedad acumulada.
Regularmente realiza un autoexamen de tu piel para comprobar si hay crecimientos /cambios significativos en los lunares, pecas, o protuberancias/marcas de nacimiento que ya tenías. Puedes realizar esta revisión con ayuda de espejos. No olvides revisar la cara, el cuello, las orejas, el cuero cabelludo, los brazos y las manos. A menudo es más fácil de sentir que de ver la queratosis actínica, la piel la podemos sentir seca y áspera al tacto, sensible o dolorosa, incluso picazón con sensación de pinchazos o ardor.
Después de un tratamiento de la queratosis actínica se recomienda por lo menos una vez al año te examine un dermatólogo la piel minuciosamente para detectar posibles signos de cáncer de piel.
Personas con piel clara o que tienen antecedentes de cáncer de piel en la familia deberían consultar regularmente a un dermatólogo.
No es fácil distinguir entre unas manchas cancerosas y no cancerosas, por esta razón ante la duda, lo mejor es que un medico sea el que evalúe los nuevos cambios en tu piel, sobre todo si esa nueva mancha escamosa crece, sangra o persiste.
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