Clasificación
El desconocimiento de los factores y mecanismos desencadenantes de las vasculitis ha dificultado su clasificación a la hora de realizar un diagnóstico, y por ello han surgido múltiples criterios de clasificación a lo largo de los años.
Sin embargo, para realizar una clasificación más visual, sencilla y actualizada, en este artículo utilizaremos la establecida en el Consenso de Chapel-Hill en 2012.
- Gran calibre. Afectan a grandes arterias como la Aorta y sus ramas mayores.
- Arteritis de Takayasu
- Arteritis de células gigantes
- Mediano calibre. Afectación de arterias viscerales y sus ramas.
- Poliarteritis Nodosa (PAN)
- Enfermedad de Kawasaki
- Pequeño calibre. Intraparenquimatosa (dentro del tejido orgánico), arteriolas, capilares y vénulas.
- Mediada por inmunocomplejos (ICcs)
- Enfermedad anti-GBM
- Vasculitis crioglobulinémica
- Vasculitis por IgA
- Vasculitis urticariana hipocomplementémica
- ANCA (Anticuerpos Anticitoplasma de los Neutrófilos) asociados
- Poliangeitis microscópica (PAM)
- Granulomatosis con Poliangeitis (Granulomatosis de Wegener)
- Granulomatosis eosinofilica con Poliangeitis (Crurg-Strauss)
- Calibre variable. Sin afectación concreta de un tipo de vaso.
- Enfermedad de Behcet
- Síndrome de Cogan
- Órganos aislados
- Asociados a enfermedad sistémica
- De etiología probable. Se asocia a una etiología específica muy probable
Diagnóstico
El diagnóstico de vasculitis casi siempre se sospecha ante el paciente con una enfermedad generalizada inexplicable. Sin embargo, existen algunas anormalidades clínicas que cuando aparecen solas o combinadas sugieren este diagnóstico, como, por ejemplo, púrpuras palpables, infiltrados pulmonares y hematuria microscópica, sinusitis inflamatoria crónica, mononeuritis múltiple, incidentes isquémicos inexplicables y glomerulonefritis. Varias enfermedades que no son vasculitis también pueden causar algunas de estas anomalías. Por tanto, el primer paso ante la sospecha de vasculitis es excluir otras enfermedades que causen un cuadro clínico similar. Una de las medidas más importantes es excluir alguna infección con características que se superponen a las de la vasculitis. Una vez excluidas se siguen una serie de pasos para establecer el diagnóstico y definir, cuando sea posible, el tipo de vasculitis al que nos enfrentamos.