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Caso clínico. Úlcera por presión en paciente diabético

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ulcera en el pie caso clínico

Úlcera por presión en paciente diabético: Caso clínico.

En esta entrada queremos presentar el caso de un paciente diabético, tratado en uno de nuestros centros, con una úlcera por presión en talón izquierdo

Las úlceras por presión (UPP) son toda lesión de la piel y tejidos subyacentes causadas por hipoxia debido a la presión, fricción y/o cizallamiento que se genera en zonas de prominencia ósea, por estar el hueso sobre una superficie plana dura; que en conjunto con la no paliación de estas fuerzas mencionadas anteriormente contribuyen a la necrosis del tejido. Ser mayor de 65 años, los daños a nivel vascular, inmovilización, nutrición, neuropatías e incontinencia son factores de riesgo ante las UPP. El peligro varía desde un eritema cutáneo no blanqueable hasta muerte tisular con amplia necrosis pudiendo abarcar músculos, tendones, grasa y vasos sanguíneos entre otros.

Las UPP se contemplan como un problema de salud pública a causa de su incidencia y alta prevalencia que oscila entre 3-50% en pacientes hospitalizados. En hospitalizaciones de personas mayores hablamos de alrededor de 40%.3 En el paciente se produce desgaste tanto psíquico como físico, lo cual afecta la calidad de vida y llega a ocasionar la muerte. En el entorno familiar se puede generar una carga económica ya que los materiales que se necesitan para un buen cuidado y prevención suelen ser costosos. Muchas veces las hospitalizaciones son de tiempos prolongados lo que conlleva al alto consumo de recursos materiales y humanos, lo que deriva en un alto gasto para los sistemas de salud.

SISTEMA DE CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL DE LA NPUAP/EPUAP

Se debe de reemplazar los términos etapa, tipo o grado por categorías. Esta “categoría” tiene la ventaja de tener un significado no jerárquico. Por lo que de esta manera quedan obsoletos conceptos como “progresión de I a IV” o “curación del IV al I”.Las categorías de las UPP se clasifican de acuerdo con el nivel de compromiso de los tejidos: epidermis, dermis, tejido subcutáneo, músculo y hueso.

 Categoría I

piel integra con eritema (enrojecimiento) no blanqueable de una zona, generalmente situada, sobre una prominencia ósea. En pieles oscuras puede que no se aprecie la palidez. Esa zona puede estar más dolorosa, firme, suave, indurada, con más temperatura o incluso frío comparado con los tejidos adyacentes. La categoría I nos alerta de la posibilidad del desarrollo de las siguientes categorías; puede ser difícil de detectar en personas con tonos de piel oscura.

Categoría II

Eliminación parcial del grosos de la dermis. Se muestra como una úlcera abierta de poca profundidad, presentando un lecho rojo-rosado sin esfacelos.

También puede presentarse como una flictena intacta con sustancia serosa o cero-sanguinolenta, o rota. Se presenta como una úlcera superficial brillante o seca sin esfacelos ni hematomas. La aparición de un hematoma denota lesión en los tejidos profundos. Esta categoría no debería ser usada para describir laceraciones, lesiones de esparadrapo, dermatitis asociada a incontinencia, maceración o excoriación ya que estas heridas no son formadas por las fuerzas que sí forman una UPP.

Categoría III

Eliminación total del espesor de la piel. Puede estar a la vista la grasa subcutánea, pero los huesos, tendones y músculos no serán visibles. Los esfacelos pueden estar presentes, pero sin ocultar la profundidad de la pérdida de tejido. Puede incluir cavitaciones y/o tunelizaciones. En las úlceras por presión que se encuentren en la Categoría III, la profundidad dependerá de la zona donde se encuentre; un ejemplo es el puente de la nariz, la oreja, el occipital y el maléolo que no tienen tejido (adiposo) subcutáneo, por lo que las úlceras que se encuentren en estas zonas serán poco profundas. Por lo contrario, las zonas con mayor adiposidad pueden llegar a presentar úlceras de gran profundidad. Las úlceras por presión de esta categoría presentan de manera directa el hueso expuesto, por lo que será visible ni palpable.

Categoría IV

pérdida total del espesor del tejido con hueso, tendón y/o músculos expuestos. Los esfacelos pueden estar presentes, a menudo presenta cavitaciones y/o tunelizaciones. La úlcera por presión de categoría IV puede presentar diferentes profundidades según la zona anatómica donde se encuentre la úlcera. El puente de la nariz, oreja, el occipital y el maléolo no tienen tejido (adiposo) subcutáneo y las úlceras de Categoría/estadio IV pueden ser poco profundas. Las úlceras por presión en categoría/estadio IV pueden llegar al músculo y/o estructuras de soporte como son la fascia, tendón o la cápsula de la articulación; por lo que es muy previsible que pueda acabar causando una osteomielitis u osteítis. El músculo y el hueso está totalmente expuesto, por lo que es visible y palpable.

Categoría no estadiable/sin clasificar

Eliminación total del espesor de los tejidos, este tipo de úlceras presentan el lecho completamente oscurecido por esfacelos (marrones, amarillos, verdes, grises o canela) y/o escaras (marrón o negro) y no se puede apreciar bien la profundidad.Hasta que se hayan desbridado suficientes esfacelos y/o la escara para poder ver la base de la herida, la verdadera profundidad no se puede determinar, pero será una Categoría/estadio III o IV. Los términos no-clasificable y sospecha de herida de tejido profundo se reconocen en Europa como de categoría IV.

Sospecha de lesión tejidos profundos-profundidad desconocida

Se sospecha cuando aparecen zonas en la piel de color púrpura o marrón, incluso ampollas con sangre causadas por la presión y/o cizallamiento en los tejidos blandos subyacentes. Antes de la aparición de dicha área pueden presentar tejido doloroso, firme o blando, más frío o caliente en relación con los tejidos adyacentes. En persona que presentan piel oscura, puede ser difícil detectar estas lesiones. Puede presentar una flictena delgada sobre un oscuro lecho de la herida. También puede evolucionar y transformarse en una escara delgada. En muchas ocasiones, aun que se le aplique un tratamiento adecuado puede empeorar de manera rápida y exponer capas adicionales de tejido.

lesión tejidos

de lesión tejidos profundos-profundidad desconocida

Presentación del caso clínico de úlcera por presión

  • Sexo: Hombre
  • Edad: 71 años
  • Alergias: No AMC
  • Antecedentes: Diabetes Mellitus Tipo II, HTA, Dislipemia, FA permanente, Miocardiopatía isquémica, portador de DAI, Ingreso por HDA, Retinopatía diabética fotocoagulada, Amputación infracondililea de MID en junio 2021.
  • Tratamientos farmacológicos: Insulina Mix50 Humalog, Seguril 40 mg, Pradaxa 110mg, Entresto 24.26mg, Synjardy, Bisoprolol 5mg, Aldactone 25mg, Atozet 10.40 mg, Omeprazol 20mg, Humalog mix 50.
  • Observaciones: Exfumador desde hace 2010, No refiere hábitos tóxicos, es dependiente parcial para las actividades básicas de la vida diaria y colaboradora.

Valoración inicial de la úlcera por presión

Paciente que acude a nuestro servicio de enfermería en septiembre de 2021 para valoración de úlcera por presión en talón del pie izquierdo con una evolución de 2 meses aproximadamente.

Seguido por cirugía vascular.

A su llegada presenta una úlcera en talón izquierdo en cara interna de 4.5cm de alto y 5.8cm de ancho. En el lecho de la herida presenta placa necrótica en lecho de la herida y piel perilesional sana.

ulcera en el pie caso clínico

En la exploración física se palpan pulsos en tibial posterior, pedio y poplíteo en miembro inferior izquierdo.

Señal doppler realizado en pedio y tibial posterior del miembro inferior izquierdo positiva.

Su Índice tobillo-brazo es miembro inferior izquierdo es de 0,95 (grado de oclusión normal).

En la escala Fedpalla presenta Grado II, que indica buen pronóstico para la cicatrización.

En la escala de dolor EVA la paciente indica un 0 en reposo y 0 al tacto.

UPP de categoría no clasificable

Escala Resvech: 14

Debido a que presenta placa necrótica no se le realiza cultivo hasta retirarla.

Tratamientos aplicados y evolución clínica a la úlcera por presión

Iniciamos el tratamiento de la úlcera porpresión realizando curas en ambiente húmedo y complementando, en cuanto se ha retirado la placa necrótica, con sesiones de terapia de ozono gas local en días alternos y un vendaje de sujeción.

caso clinico cmuc

Tras la retirada de la placa necrótica podemos clasificarla como categoría II, además presenta un exudado de tinción compatible con infección, se le realiza cultivo siendo positivo en Pseudomonas aeruginosa. Su médico de atención primaria le pauta antibioterapia durante dos dias.

Pasados unos días tras la finalización de la antibioterapia, sigue presentando el exudado con tinción por lo que se repite cultivo volviendo a ser positivo en Pseudomonas aeruginosa; dado que su médico de atención primaria decide no darle más antibioterapia seguimos con fomentos bactericidas, terapia de ozono gas local y cura en ambiente húmedo.

luis requejo ulcera pie

El ozono es un poderoso germicida (elimina hongos, bacterias y virus) y favorece una alta oxigenación de las heridas. Cada sesión de terapia con ozono gas dura unos cuarenta minutos.

curas con ozono

Se ha realizado cura en ambiente húmedo según las necesidades de la lesión.

Para el cuidado de la piel hemos utilizados productos ozonizados; lavamos el miembro inferior con jabón y agua ozonizados para eliminar restos de cremas, aplicamos aceite ozonizado en la piel perilesional y para la hidratación de la piel crema ozonizada (ver entrada del 5/03/2018).

evolucion del caso clinico

En enero de 2021, tras 19 semanas de tratamiento, el talón se encuentra totalmente epitelizado.

ulcera de tobillo curada

Tras la cicatrización y eliminación total de la úlcera por presión, se le da el alta al paciente con unas recomendaciones para el cuidado de la piel y pie diabético:

  • Aplicar aceite ozonizado en talón y resto del pie teniendo especial cuidado en zonas interdigitales para prevenir humedades innecesarias, sin frotar.
  • Hidratación con crema ozonizada.
  • Control de la diabetes mellitus como hasta el momento.
  • Uso de dispositivos antipresión necesarios para prevenir nuevas posibles apariciones de UPP.

 

Bibliografía

  1. Soares PF, Joaquim MM, Dorociak SJ, Crozeta K, Dayane RJ. La efectividad de hidrocoloide versus otros apósitos en la cicatrización de úlceras por presión en adultos y ancianos: revisión sistemática y metaanálisis. Rev Latino-Am Enfermagen. 2014;22(3):511-20.
  2. García-Fernandez FP, Soldevilla-Agreda JJ, Pancorbo-Hidalgo PL, Verdú Soriano J, López-Casanova P, Rodríguez-Palma M. Clasificación-categorización de las lesiones relacionadas con la dependencia. Serie de Documentos Técnicos GNEAUPP Nº 11. Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en úlceras por Presión y Heridas Crónicas. Logroño. 2014.

 

  1. Samaniego-Ruiz María-Jesús, Llatas Federico Palomar, Jiménez Onofre Sanmartín. Valoración de las heridas crónicas en el adulto: una revisión integrativa. Rev. esc. enferm. USP [Internet]. 2018 [citado 25 de enero 2021]. Disponible en: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0080-

 

  1. Samaniego-Ruiz M-J, Llatas FP. Prevalencia e incidencia de heridas crónicas en Atención Primaria [Internet]. 2020 [citado 25 de enero 2021]. Disponible en: https://www.heridasycicatrizacion.es/images/site/2020/02_JUNIO_2020/Articulo_Or iginal_1_SEHER_10.2.pdf

 

  1. Barón Burgos MM, Benítez Ramírez MM, Caparrós Cervantes A, Escarvajal López ME, Martín Espinosa MT, et al. Guía para la prevención y manejo de las UPP y heridas crónicas [Internet]. Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, Servicio de Recursos Documentales y Apoyo Institucional; 2015 [citado 7 de mayo 2021]. Disponible en: https://gneaupp.info/wpcontent/uploads/2015/10/Guia_Prevencion_UPP.pdf

 

 

 

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Mal Plantar – Qué es y cómo tratarlo

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¿Qué es el mal plantar?

Mal Perforante Plantar, La úlcera neurotrófica, o úlcera plantar, es una solución de continuidad de la piel con pérdida de sustancia, debido a un proceso necrótico que aparece en los puntos de presión de la planta del pie con tendencia a progresar hacia estructuras subyacentes y con poca o nula tendencia a la curación.

El mal perforante plantar aparece como una lesión en la piel de forma redondeada, acompañada de hiperqueratosis o callosidad importante. Es indoloro para aquellos pacientes diabéticos, lo cual pasa desapercibido, si no existe inspección diaria, hasta estadios más avanzados.

Suele ser una úlcera bastante limpia y que aparece en zonas del pie sometidas a mayor presión, con gran profundidad.

 

Diagnóstico.(4,5)

En nuestra práctica podemos concluir que las úlceras neuropáticas son plantares en su gran mayoría y que las úlceras que aparecen en las caras laterales del pie son producidas generalmente por el roce de un calzado que suele ser de puntera estrecha.

La úlcera neuropática es de una profundidad y extensión variable y en algunas es posible visualizar el hueso, siendo en la mayoría de los casos indoloras, lo cual a veces les quita importancia y seriedad a la úlcera desde el punto de vista del paciente, es como “lo que no duele no es tan grave”.

Se suelen rodear de un callo grueso que expresa la importancia de la hiperpresión en la zona.

La localización típica es en las cabezas de los metatarsianos, normalmente el primero.

El fondo de la lesión es variante según el tiempo de evolución; cuando lleva muchos meses suele ser un fondo sucio y con falta de granulación, que puede acompañarse de supuración activa con olor, siendo a veces esto la alarma para el paciente de que sucede algo, ya que observan los calcetines manchados con secreción purulenta, por ello siempre recomendamos el uso de calcetines de colores claros, preferiblemente blancos y beige, ya que un calcetín oscuro puede camuflar un leve manchado.

Otras veces, al explorar el pie, no se observa una úlcera abierta, sino que la zona está recubierta por una piel flácida, que fluctúa, con hemorragia, pus en su interior y que cuando es desbridada expone el verdadero tamaño y profundidad de la úlcera.

Tratamiento.(3,6,7)

No siempre nos encontraremos una úlcera neuropática en estado puro, sino que en muchos casos tendrá un componente mayor o menor de isquemia que deberemos descartar o confirmar en la valoración inicial vascular.

la realización de una radiografía para valorar la existencia de osteítis, un cultivo para conocer la existencia de infección; la bacteria causante y sensibilidad a los diferentes antibióticos, así como la aplicación del uso de antimicrobianos hasta conocer el resultado del cultivo.

Si en las posteriores semanas la úlcera neuropática no evoluciona favorablemente, es aconsejable la realización de una gammagrafía ósea con leucocitos marcados con el fin de descartar una posible osteítis no detectada previamente.

El tratamiento es complejo y debe ser multidisciplinar. La actuación del profesional frente a este tipo de alteración va a ir encaminada a:

  1. Alivio de presión.
  2. limpieza y desbridamiento.
  3. tratamiento quirúrgico si se precisa.
  4. curación de la úlcera.
  5. prevención de lesiones.

La prevención, el diagnóstico y el abordaje es muy importante, ya que sabemos que Se plantea que el 15% de los diabéticos van a presentar úlceras en sus miembros, y el 85% de estos llegarán a sufrir una amputación.

 

Conclusiones.

La úlcera de pie diabético es una de las temidas y principales complicaciones de la diabetes mellitus, por ello es necesario que el personal de enfermería y podología estén altamente cualificados para detectar cualquier anomalía y prevenirla, así como comenzar con un tratamiento adecuado antes de que surjan complicaciones.

 

Caso clínico:

Presentamos a un Varón de 68 años, independiente para las ABDV, que acude a nuestro servicio de enfermería por úlcera en zona plantar tras amputación transmetatarsiana, realizada en marzo de 2024 tras complicación por isquemia por placas de ateromas en MII con revascularización mediante balón en febrero de 2024, y propuesta de amputación intercondílea por mala evolución de dehiscencia quirúrgica de la amputación transmetatarsiana.

El paciente refiere un leve punto plantar, similar a una hiperqueratosis, que muestra en imágenes que porta, ya que actualmente ha “reventado”.

En la zona plantar amputada a nivel del 1 metatarsiano, presenta hiperqueratosis rota, que fluctúa y drena contenido seropurulento abundante, que cavita casi 4 mm con Probe To Bone POSITIVO (contacto óseo positivo).

En toda la cicatriz del muñón se observa enrojecimiento, con mayor celulitis y aumento de la temperatura en la zona interna superior del muñón, que además presenta leve hiperqueratosis, que fluctúa, por lo que posiblemente se abra comunicando la lesión plantar con esta.

ITB no valorable por arterias rígidas, no se deja comprimir por lo cual la prueba no es aplicable. Posiblemente calcificación arterial.

Pruebas de sensibilidad: sensibilidad disminuida

Se realiza cultivo que muestra Cultivo positivo a:

Lesión plantar:

Germen aislado 1: Staphylococcus aureus

Lesión superior metatarsiana: con escasa sensibilidad para tratamiento por Via oral.

Germen aislado 1: Klebsiella pneumoniae

Germen aislado 2: Staphylococcus epidermidis

Germen aislado 3: Staphylococcus haemolyticus

Imagen a su llegada en la primera consulta de valoración pre y post limpieza. CMUC

 

Imagen tras limpieza e inicio de tratamiento con cura en ambiente húmedo y descarga, tras primera cura. CMUC

 

 

Evolución y empeoramiento de la lesión dorsal. CMUC

 

 

Alta del paciente por traslado a su ciudad de residencia. CMUC

 

 

¿Cómo podríamos haber evitado esta situación?

  1. Vigilancia constante, ya que según la frecuencia de inspección recomendada por equipo especializado en pie diabético cada año por pie de bajo riesgo; cada 3-6 meses por riesgo aumentado debido a neuropatía, ausencia de pulsos u otro factor de riesgo. Cada 1-3 meses por pie diabético de alto riesgo (neuropatía o pulsos ausentes junto a deformidad o cambios en la piel úlcera previa.) (8)
  2. Educación sanitaria tras amputación; Riesgos, tipo de calzado sesiones de podología, hidratación, higiene etc
  3. Valoración por podología para realización de prótesis plantar personalizada, aliviando presiones, y mediante un material especial para pie diabético.
  4. Abordaje desde el inicio de la aparición del punto plantar por podología y enfermería.

Posiblemente, si desde el inicio del alta de este paciente se hubiesen realizado las revisiones pertinentes y el abordaje precoz no hubiese tenido tanta complicación y riesgo.

RECORDEMOS que se estima que el 15% de los diabéticos van a presentar úlceras en sus miembros, y el 85% de estos llegarán a sufrir una amputación. Con nuestra continua formación , seguimiento y educación, hagamos reducir estas tasas de estimación.

Bibliografía

  1. Bernad MÁB. Institut Català del Peu. 2015 [citado 8 de octubre de 2024]. El mal perforante plantar. Complicación grave del pie diabético. Disponible en: https://www.institutcataladelpeu.com/el-mal-perforante-plantar-complicacion-grave-del-pie-diabetico/
  2. Heridas en Red [Internet]. 2021 [citado 8 de octubre de 2024]. Mal Perforante Plantar. Disponible en: https://heridasenred.com/glosario-de-terminos/mal-perforante-plantar/
  3. García Velázquez JM, Mirabal Rodríguez A, Brito Blanco D, Alfonso Carrazana E, Carrazana Noa MV, García Rodríguez LG, et al. Tratamiento quirúrgico de las deformidades podálicas para la cicatrización del mal perforante plantar. Rev Cuba Angiol Cir Vasc [Internet]. diciembre de 2022 [citado 8 de octubre de 2024];23(3). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S1682-00372022000300001&lng=es&nrm=iso&tlng=es
  4. Garrido Calvo AM, Cía Blasco P, Pinós Laborda PJ. el pie diabético. Med Integral. 1 de enero de 2003;41(1):8-17.
  5. Pie Diabético · Javier Aragón Sánchez [Internet]. [citado 8 de octubre de 2024]. Disponible en: http://www.piediabetico.net/articulos-perforante.html
  6. INFORMES, ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN 2022, MINISTERIO DE SANIDAD. Abordaje del pie diabético Estrategia de Diabetes del Sistema Nacional de Salud.
  7. María Dolores Ruiz-Gramuntell (*) (1), , Inmaculada Rubio-Sesé. PROCESO DE CURACIÓN DE UNA ÚLCERA CRÓNICA COMPLEJA EN UN PACIENTE CON PIE DIABÉTICO.
  8. 8. Pie diabético [Internet]. GuíaSalud. 2019 [citado 8 de octubre de 2024]. Disponible en: https://portal.guiasalud.es/egpc/diabetes-tipo-2-pie-diabetico/

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Caso Clínico

¿Qué hago con mi úlcera si estoy en lista de espera de cirugía plástica?

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¿Qué hago con mi úlcera si estoy en lista de espera de cirugía plástica?  (1–5)

Las úlceras son lesiones en la piel caracterizadas por la pérdida de tejido y la exposición de las capas subyacentes. Se estima que aproximadamente el 1% de las personas desarrollará una úlcera en los miembros inferiores en algún momento de su vid

Las úlceras pueden ser provocadas por diversos factores, como la disminución del riego sanguíneo (úlceras vasculares arteriales), la inflamación crónica (úlceras vasculares venosas), la presión prolongada sobre la piel (úlceras por presión), el pie diabético o infecciones. Estas lesiones pueden presentar síntomas como dolor, enrojecimiento, hinchazón, secreciones y, en algunos casos, fiebre. Dependiendo de su localización y origen, las úlceras requieren un enfoque médico específico.

El tratamiento de las úlceras se basa en mantener un ambiente húmedo para promover la formación de tejido de granulación y la epitelización, utilizando apósitos adecuados. No obstante, lo más importante es asegurar una higiene y un desbridamiento adecuado, junto con un tratamiento que aborde la causa subyacente de la úlcera. Por ejemplo, las úlceras venosas deben tratarse con una compresión adecuada.

Estos procedimientos son generalmente realizados por personal de enfermería especializado, quienes trabajan en conjunto con otros profesionales de la salud cuando es necesario. Por ejemplo, en el caso de úlceras venosas, un cirujano vascular puede intervenir para tratar las venas afectadas utilizando la técnica más apropiada para cada paciente.

En ciertos casos, se requiere la intervención de otros especialistas, como cirujanos plásticos o dermatólogos, para realizar procedimientos más complejos como microinjertos, injertos cutáneos o colgajos. Sin embargo, el equipo de enfermería también está cada vez más capacitado para llevar a cabo técnicas como los microinjertos en consulta, facilitando así la cicatrización de las úlceras.

Los injertos cutáneos, ya sea con piel del propio paciente, piel artificial o células donantes, son utilizados para acelerar la cicatrización de úlceras. La técnica más tradicional es el injerto cutáneo autólogo, especialmente útil en úlceras de difícil cicatrización que no mejoran con el tratamiento convencional. El injerto en malla, obtenido con un dermatomo, es el método más común, aunque existen otros, como el injerto en sello o el microinjerto. Este último es un procedimiento sencillo, económico y de ámbito ambulatorio, que puede realizarse en una sala de curas y que promueve la epitelización, además de tener un efecto analgésico.

El injerto cutáneo es especialmente útil en situaciones donde el ahorro de tiempo en el proceso de curación es crucial, como:

– Áreas con gran pérdida de piel o heridas extensas.

– Quemaduras.

– Razones estéticas o cirugías reconstructivas.

– Úlceras venosas, por presión o diabéticas que no evolucionan.

 

Aunque los injertos cutáneos son efectivos, también conllevan ciertos riesgos, como sangrado, infección, rechazo del injerto, cambios en la sensibilidad y color de la piel, cicatrices desiguales, hematomas y necrosis.

Requisitos para los injertos de piel:(3,5,7)

Para maximizar el éxito del injerto, es crucial que la úlcera tenga un tejido de granulación de buena calidad y una adecuada vascularización, ya que la isquemia podría comprometer la supervivencia del injerto. Además, es fundamental inmovilizar la zona tras la intervención y realizar las curas necesarias para asegurar que el injerto prenda correctamente.

Cada vez es más común realizar injertos cutáneos, especialmente microinjertos, como parte del tratamiento estándar de úlceras difíciles de curar. Sin embargo, en algunos casos, un manejo adecuado puede evitar la necesidad de injertos.

Os mostramos algunos casos de pacientes que estaban en lista de espera por cirugía general para la realización de cirugía

Caso 1

Paciente de 70 años que acudió al servicio de enfermería con una úlcera en la zona tibial bajo la rodilla, que llevaba más de un año sin cicatrizar tras un traumatismo leve. Este paciente, que había sufrido un accidente de tráfico hace 26 años, ya había necesitado injertos y colgajos en su pierna izquierda. La piel de esta pierna, al no tener  buena perfusión sanguíneo, presentó complicaciones adicionales.

Este caso resalta la importancia de un enfoque individualizado y de un tratamiento interdisciplinario para abordar las úlceras de manera efectiva, utilizando todas las opciones disponibles para lograr una recuperación óptima.

Imagen  CMUC

Observamos el tejido óseo expuesto, de la tibia.

Imagen  CMUC

Comenzamos realizando un raspado del tejido óseo e hidratando el hueso mediante la realización de cura en ambiente húmedo, activando los bordes y promoviendo el tejido de granulación provocando el sangrado.

Imagen  CMUC

Imagen  CMUC

Imagen  CMUC

Imagen  CMUC

Se consigue la epitelización completa en 6 meses.

Caso 2

Aquí presentamos un caso que finalmente se cicatrizo con un colgajo, pero hasta la fecha de realización queremos que observéis la evolución.

Varón de 51 independiente para las actividades de la vida diaria, que acude a nuestro servicio de enfermería , tras úlcera postraumática desde octubre con fractura de metatarsos precisando amputación del 1º dedo, y con propuesta de amputación infra condílea, por tener hueso expuesto que a pesar de haber realizado diferentes tratamientos, como la terapia de presión negativa, no ha evolucionado.

Imagen  CMUC

Imagen  CMUC

Evolución:

Se observa una evolución favorable, mediante la realización de curas en ambiente húmedo, realización de desbridamiento cortante y colocación de diferentes apósitos según las necesidades de la lesión, manteniendo siempre el hueso hidratado.

Imagen  CMUC

Imagen  CMUC

El 14 de julio se realiza un colgajo precisando ingreso hospitalario, donde observamos a su alta como finalmente la lesión con hueso expuesto ha quedado epitelizada con la zona donante del brazo.

Imagen  CMUC

Se evita la amputación y el paciente puede volver a su actividad laboral diaria.

Por lo tanto, si estas en lista de espera para la realización de un injerto, no desesperes. Ponte en manos de profesionales que sepan manejar tus lesiones para reducir al máximo tanto la infección si existe, evitar que aparezcan infecciones, disminuir el tamaño y mantenerla lo más limpia y en condiciones óptimas para cuando llegue el momento del injerto, y si cuando llega ya se ha cerrado, ¡¡pues mejor que mejor!!

Bibliografía:

  1. Injertos de piel para mejorar la curación de las úlceras de las piernas [Internet]. [citado 26 de julio de 2024]. Disponible en: https://www.cochrane.org/es/CD001737/WOUNDS_injertos-de-piel-para-mejorar-la-curacion-de-las-ulceras-de-las-piernas
  2. La Cirugia Plástica para Tratar Heridas [Internet]. [citado 26 de julio de 2024]. Disponible en: https://www.clevelandclinic.org/health/sHIC/html/s11006.asp
  3. Microinjertos para Heridas Crónicas | Ulceras.net [Internet]. [citado 26 de julio de 2024]. Disponible en: https://ulceras.net/articulo.php?id=133
  4. Injerto de piel: MedlinePlus enciclopedia médica [Internet]. [citado 26 de julio de 2024]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002982.htm
  5. Suárez Alonso A., Palomar Llatas F, Fornes Pujalte B. Injertos autólogos con sellos de piel. Disponible en: https://anedidic.com/descargas/formacion-dermatologica/16/injertos-autologos-con-sellos-de-piel.pdf
  6. FPS R. Colgajo, Injerto [Internet]. Fundación Piel Sana AEDV. 2017 [citado 26 de julio de 2024]. Disponible en: https://aedv.fundacionpielsana.es/wikiderma/colgajo-injerto/
  7. EDGAR MAURICIO AVELLANEDA-OVIEDO1, *, ALBA GONZÁLEZ-RODRÍGUEZ1, , SARA, ALICIA GONZÁLEZ-PORTO2, , PABLO PALACIOS-GARCÍA3, , ESTHER RODRÍGUEZ-PÉREZ3, et al. Injertos en heridas [Internet]. 2018. Disponible en: https://heridasycicatrizacion.es/images/site/2018/junio2018/Revision_SEHER%2025_Junio_2018.pdf

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Hematoma disecante

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Hematoma disecante

INTRODUCCION.(1–3)

El reciente término dermatoporosis define los cambios estructurales que aparecen con la edad en la piel como complicaciones de la insuficiencia cutánea, con signos y síntomas como la púrpura senil, la atrofia cutánea y las cicatrices.

La pérdida de función de protección que aparecen a partir de los 60 años, manifestándose por completo entre los 70 y 90 años provocan un retraso de la cicatrización, un aumento de las laceraciones tras traumatismos leves y la formación de hematomas profundos disecantes que, de no ser tratados eficazmente, evolucionan hacia áreas necróticas de la piel y tejidos.

La dermatoporosis no es más que una insuficiencia cutánea crónica como también recibe de nombre.

Los signos que puede presentar la dermatoporosis son:

  • Piel fina, sin espesor, translúcida, inelástica, y a veces puede presentarse con arrugas

 

 

 

 

Imagen piel fina, translucida.(1)

  • Púrpura senil o microhemorragias

 

 

 

 

 

Imagen purpura senil (1)

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen purpura senil. CMUC

  • Hematomas debido a pequeños traumatismos a veces imperceptibles por la persona o hematomas disecantes por traumatismos bruscos.

 

 

 

 

 

Imagen de hematoma     (1)

 

 

 

 

 

  • Scalp superficiales o laceraciones, o lo que es lo mismo escoriaciones por pequeños traumatismos y con dificultad a la cicatrización.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de scalp o laceración en pierna. CMUC

  • Lesiones blanquecinas post heridas formando unas finas cicatrices (pseudo-cicatrices estelares).

 

 

 

 

 

 

Imagen de pseudocicatriz. (1)

Para determinar la gravedad de la dermatoporosis se han descritos 4 estadios:

  • Estadio I caracterizado por la presencia de púrpura senil, atrofia cutánea y cicatrices.
  • El estadio II, estadio I que además asocia algunas laceraciones localizadas.
  • El estadio III asocia múltiples laceraciones y retraso de la cicatrización.
  • El estadio IV que se caracteriza por la presencia del estadio I que se asocia hematomas profundos disecantes que evolucionan hacia amplias zonas de necrosis.

DEFINICION.(1,3)

Los hematomas disecantes aparecen normalmente en las piernas tras mínimos traumatismos debido a que los vasos, frágiles por la edad (70-90 años) junto con la piel atrófica y de sangrado fácil aún más si añadimos que la mayoría de los pacientes con edad, toman algún anticoagulante.

Tras el traumatismo se provoca un sangrado entre el tejido subcutáneo y la fascia muscular que se manifiesta clínicamente con áreas rojas edematosas y aumento local de la temperatura que en ocasiones se  puede confundir con otras patologías como la  celulitis, recibiendo un tratamiento diferente, ya que según si la afectación es mayor o menor el sangrado del hematoma hace que exista una mayor presión extracelular que compromete la vascularización intradérmica de los capilares originando  pequeñas placas necróticas o; si el hematoma se presenta fuera en planos más profundos, puede aparecer placas necróticas con un espesor mayor e incluso pueden formarse canales internos debido a la  presión del hematoma.

Si el hematoma no se drena se produce isquemia de la piel y aparecen grandes áreas necróticas que pueden requerir desbridamientos quirúrgicos, entre otras complicaciones.

El proceso de cicatrización de estas lesiones puede verse alterado en el tiempo y complicaciones, convirtiéndose en lesiones de difícil cicatrización a causa de una disminución de la proliferación de los fibroblastos, que por lo consiguiente conlleva un aumento del exudado, riesgo de colonización y aumento de metaloproteasas por la inflamación y también por los efectos de las radiaciones ultravioletas en el ADN, que entorpecen el proceso de cicatrización.

TRATAMIENTO. (3–11)

La aparición de la dermatoporosis se da en zonas expuestas al sol y por tanto la educación sanitaria y prevención debe de ser primordial, indicando siempre una buena higiene e hidratación de la piel, así como el uso sistemático de los fotoprotectores y emolientes que contengan retinoides, vitamina C y E, o el ácido hialurónico que ha demostrado que ayuda a la renovación celular y formación de nuevos vasos.

 

La aparición de la dermatoporosis puede verse anticipada o complicada en personas que toman tratamiento como los anticoagulantes y corticoides, por lo que para el hematoma disecante existen diferentes técnicas de tratamiento, pero todas tienen en común el drenado del hematoma disecante, de una u otra forma.

Método 1. Desbridamiento por planos.

El tratamiento más conservador consiste en el desbridamiento por planos desde la zona más superficial a la más profunda, evacuando el hematoma con instrumental no cortante para evitar nuevas hemorragias.  Posteriormente se aplicará una cura en ambiente húmedo mediante apósitos desbridantes como los apósitos de ringer o solución salina o de polihexanida para prevención de colonización bacteriana, así como apósitos que provoquen un desbridamiento autolítico y osmótico de los restos de coágulos.

En los tejidos con lecho de granulación se pueden aplicar cura húmeda y apósitos con ácido hialurónico junto con colágeno para favorecer la epitelización.

Método 2. Incisión y drenaje.

La incisión debe realizarse en el hematoma donde la piel muestre una piel normal o en la periferia en aquellos casos en los que la piel del hematoma es fina, tensa y delgada que dejan ver signos de necrosis cutánea esta contraindicada la incisión.

La incisión debe de realizarse de forma limpia y directa penetrando todo el espesor de la piel profundamente y uniforme en toda la longitud del hematoma, evitando realizarlo de forma transversal a las líneas de tensión, así cuando los bordes de la piel comiencen a epitelizar podrán encontrarse de forma perpendicular.

Método 3 Principio similar a la liposucción.

Esta técnica requiere tres instrumentos simples: una jeringa de 50 ml, una jeringa de 10 ml y una aguja del calibre 16 .

La jeringa de 50 ml está conectada a la aguja de calibre que se inserta en el hematoma subcutáneo de forma que la aguja avanza de forma oblicua evacuando el hematoma mediante un movimiento de “ida y vuelta” de la aguja, rompiendo el hematoma en pequeños trozos que se succionan con la jeringa, vaciándola desechando los restos y volviendo a repetir el procedimiento si es necesario.

Método 4. Técnica Roviralta.

Consiste en la realización de una incisión controlada en la piel y el tejido subcutáneo directamente sobre el hematoma drenándolo para posteriormente infiltrar heparina (entre 40000 y 6000ui de bajo peso molecular) en la zona del hematoma. Finalmente, La incisión se cierra mediante suturas realizando todas las medidas postoperatorias necesarias para evitar infecciones entre otras complicaciones.

La técnica Roviralta es muy útil en el tratamiento de hematomas subcutáneos grandes, que son dolorosos o tienen riesgo de complicarse, ya que la heparina previniendo el crecimiento del coágulo ya formado.

Como complicaciones o dificultades en su aplicación, son el riesgo de Hemorragia puede ser mayor en pacientes con antecedentes de sangrado, problemas gastrointestinales o alteraciones de la coagulación, así como el riesgo de interaccionar con fármacos como anticoagulantes, antiplaquetarios o antiinflamatorios, potenciando el riesgo de sangrado y de hemorragia como hemos indicado.  Además precisa de monitorización de parámetros de la coagulación como la TTPa , (tiempo de tromboplastina parcial activada), es decir tiempo que tarda la sangre en coagularse, mediante una analítica sanguínea.

Método 5. Aspiración con aguja.

Aunque con anterioridad este método se ha usado ampliamente, actualmente no está recomendado por la posibilidad de volver a acumularse el hematoma.

El drenado del hematoma en todos los casos provoca la evacuación de la sangre acumulada, lo cual al aliviar la presión se consigue al mismo tiempo una disminución del dolor.

RECOMENDACIONES.

El mejor tratamiento es la prevención y en el tratamiento de la dermatoporosis se obtiene mayores beneficios en estadios precoces en los que se realiza hidratación de la piel mediante la administración de emolientes con retinoides, ácido hialurónico y vitaminas como la C y la E, ya que existen estudios que la aplicación diaria de estos emolientes pueden disminuir el tono, aumentando la claridad de la piel así como su elasticidad y grosor.

Así como el uso de vendajes compresivos reducen la presión intracelular

A nivel de tratamiento, es importante establecer una pauta de curas según la valoración y evolución del hematoma, estando indicado el desbridamiento para eliminar el tejido necrótico ya sea con métodos enzimáticos, físicos o autolíticos, características de la cura  en ambiente húmedo.

En nuestros centros siempre realizamos el mismo protocolo de Plan de actuación:

  • Descartar fracturas y oras anomalías internas.
  • Realización de desbridamiento del hematoma y drenado del hematoma coagulado mediante la técnica más adaptada al paciente, de las mencionadas anteriormente.
  • Realización de cura en ambiente húmedo mediante el concepto TIMERS y las 3H de la piel.
  • Realización de vendaje compresivo, tras comprobación del ITB (Índice Tobillo brazo).

CASOS CLINICOS.

Caso1.

Mujer de 85 años dependiente parcial para las ABVD que acude a nuestro servicio por hematoma desde hace un día tras golpe.

Antecedentes: IVC, DMNID, HTA y arritmia en tratamiento con furosemida, metformina, losartan y adiro entre otros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el caso que se trata, realizamos un vaciado del hematoma ya que aún no se encuentra coagulado, mediante incisión y drenaje, quedando lecho fibrinoso con bordes delimitados excavados y piel frágil que se retira ya que no se va a adherir, y comenzamos con cura en ambiente húmedo ya que la lesión esta complicada con la insuficiencia venosa crónica y las posibles varicorragias que puedan ocasionarse.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Puede observarse la evolución favorable mediante curas en ambiente húmedo, así como la mejoría de la piel perilesional, además de la reducción del dolor notable.

Finalmente, no es posible cerrar la lesión como en otras ocasiones ya que la paciente acaba ingresada en el hospital por otra enfermedad, finalmente falleciendo.

Caso 2.

Mujer de 90 años, que, tras ser ingresada por fractura de cadera, se golpea la zona tibial de forma accidental durante el traslado a su domicilio.

Antecedentes:

HTA, IVC, enfermedad cardiaca isquémica crónica, en tratamiento con heparina por tromboembolismo pulmonar tras covid-19, entre otros tratamientos.

En el caso que se trata, realizamos un desbridamiento por planos, no siendo posible la aplicación del resto de técnicas, debido al tiempo de evolución desde el inicio de la lesión y la llegada a nuestra consulta, observando una placa necrótica seca, producto del hematoma profundo disecante, que ya estaba completamente coagulado y se albergaba debajo de la piel.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen hematoma disecante valoración. CMUC

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen hematoma disecante desbridado. CMUC

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen hematoma disecante tras tratamiento mediante cura en ambiente y aplicación de compresión.

 

A los diez días del drenado del hematoma y la realización de cura en ambiente húmedo, observamos una lesión con tejido de granulación a plano, no edemas y una piel circundante hidratada y tersa.

A los 2 meses la lesión ha epitelizado completamente, como se muestra en la siguiente imagen.

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de alta tras tratamiento de hematoma disecante. CMUC.

 

 

 

 

Cuando hablamos de un vendaje compresivo, jamás hablamos de esto que muestra la imagen, un vendaje rodete en la zona, sino un vendaje compresivo que favorezca el retorno venoso y evite la inflamación.

Conclusiones.

En todos los casos de hematoma a tensión, o hematoma disecante que ocasione sufrimiento cutáneo, debe de ser drenado lo antes posible siempre que el paciente se encuentre estable hemodinámicamente y dispongamos del material necesario para abordar al paciente.

Todas las técnicas que hemos descrito anteriormente son válidas, siempre y cuando se realicen en condiciones asépticas, y cuya finalidad  sea disminuir la presión y por lo tanto el  hematoma, teniendo en cuenta siempre que  el manejo del hematoma de disección en personal mayores puede presentar  muchos desafíos debido a los cambios derivados por el envejecimiento y la excesiva exposición al sol, así como  la existencia de comorbilidades, influidas por  la enfermedad vascular, la polimedicación, la toma de anticoagulantes y otros fármacos que interfieran en la cicatrización.

Lo que, si es necesario, son estudios sobre el tratamiento del hematoma disecante ya que existen pocos estudios de validez.

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